Que no se "tuerza" su vida...
La
predisposición mayor a esta enfermedad la tienen los perros de pecho profundo,
aunque es cierto que potencialmente todas las razas pueden verse afectado por
ella.
Podemos
nombrar, como ejemplo, a razas como el Pastor Alemán, el Akita, el Rottweiler,
el Bóxer, el Dogo Alemán, el Dóberman, el Pastor Belga, etc., como razas con
mayores posibilidades de sufrir esta enfermedad.
¿Qué es la
Torsión de Estómago?
La dilatación
o torsión de estómago es una distensión aguda de éste en la que
puede incluso llegar a doblarse sobre sí mismo. La unión del estómago, en el
perro, es mediante dos ligamentos que, en ocasiones, pueden no ser lo
suficientemente resistentes para sostenerlo. El movimiento, los saltos y la
dilatación estomacal, producto de los gases que aparecen durante la digestión,
pueden dar lugar a una mayor basculación del estómago. Si los ligamentos
anteriormente citados no son lo suficientemente fuertes para controlar esa
oscilación, el estómago puede llegar a torcerse sobre sí mismo. Nos
encontraríamos ante una torsión gástrica.
Cuando esto sucede,
el perro no puede descargar el contenido estomacal ya que éste se encuentra contraído
en ambos extremos. En ese caso, comienza un aumento de la presión que puede
provocar alteraciones en otros órganos poniendo en riesgo la vida del perro, ya
que se interrumpe la circulación sanguínea en ambos sentidos del estómago.
Síntomas de
alerta
La torsión de estómago es fácil de
identificar, algunos síntomas de ésta pueden ser:
- Intento de vómito sin éxito. Sólo expulsa saliva espumosa.
- Hinchazón excesiva del abdomen, aumento de la tensión y dureza del mismo. Sonido similar a un tambor al palmearlo.
- Inquietud y movimientos continuos con gimoteos y quejidos.
- Eructos y/o convulsiones abdominales.
Si detectamos alguno de estos síntomas en nuestro perro, debemos de
actuar con la mayor celeridad posible, llevándolo al veterinario de inmediato. Su
estado empeorará rápidamente y en dos o tres horas puede sufrir un coma
irreversible y la muerte.
Intervención
veterinaria
El veterinario comenzará tratando de estabilizar al perro, mediante
la administración de líquidos intravenosos. De forma paralela tratará de descomprimir
el estómago mediante un lavado gástrico o una punción abdominal.
Tras esto, le intervendrá quirúrgicamente. La intervención, unión
del estómago al colon reduciendo su movilidad, limitará riesgos de recaídas.
Posteriormente seguiremos sus consejos sobre los cuidados y
atenciones que tendremos con el perro para evitar las complicaciones post-operatorias.
Prevención
Aunque no
podemos hacer nada para descartar un episodio de dilatación o torsión gástrica
de forma radical, lo que sí debemos hacer los propietarios de perros es hacer
todo lo posible para disminuir las posibilidades, evitando en lo posible los
factores de riesgo.
- Evitar ejercicio físico considerable durante las tres horas posteriores a la comida y en la hora previa a la comida y/o bebida.
- Evitar la ingesta copiosa de comidas. Si es posible, incluso, fraccionaremos su ración diaria a dos tomas.
- En caso de una sola toma diaria, tratar de que sea mediante un alimento hidratado.
- Evitar suministrarle comida en estados de estrés o excitación.
- No suministrar ración/es a última hora de la noche.
- Regular la cantidad de agua que tenga a su alcance si éste bebe mucha cantidad de forma regular.
- Realizar los viajes en coche, si es posible, siempre en ayunas.
- Vigilancia especial en casos de perros que ya hayan sufrido un episodio de torsión gástrica.
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