lunes, 26 de mayo de 2014

El vínculo con tu perro

Vincúlate a tu perro


Importancia, definición, y pautas

Sociabilización, educación, adiestramiento, etc., son términos ya conocidos por casi todas las personas que conviven, directa o indirectamente, con perros. Además de ser conocidos, un porcentaje altísimo de esas personas saben de la importancia que tienen, para su desarrollo y equilibrio, la correcta aplicación de los mismos.

Hoy traemos a nuestro blog otro término, igual de importante que estos, y generalmente deficiente en muchos binomios perro / guía, el vínculo.

A menudo, cuando evaluamos un perro para el que han solicitado nuestros servicios, presenciamos la ausencia del vínculo recomendado entre ambos, sobre todo en la calle, donde el perro actúa de un modo autónomo, completamente independiente a su guía.

¿Cuántas veces hemos presenciado a perros que tiran incansablemente de la correa y oímos que el perro tiene en su cabeza el papel de líder de la manada?. ¿Cuántas veces vemos a perros que en el momento en que quedan sueltos de la correa se alejan de su guía despreocupándose en todo momento de él?.

En muchas de estas ocasiones, el perro busca delante lo que no espera junto a su guía, por ausencia del vínculo necesario.

Antes de seguir hablando del vínculo guía / perro, vamos a definir su significado según la R.A.E. (Real Academia de la Lengua).

Vínculo: Unión o atadura de un persona o cosa con otra.

Encontramos la palabra clave en su definición, unión.

La relación con nuestro perro es toda la vida, por lo que resulta esencial conseguir ese vínculo con él. Como ocurre con el vínculo entre personas, este debe asentarse en el entendimiento, la confianza, la complicidad, el afecto, el respeto mutuo; y va mucho más allá que compartir un hogar y salir a la calle todos los días. El vínculo debe comenzar a forjarse desde el primer instante que el perro esté con nosotros.

Pautas para conseguir un vínculo correcto

- Observación y Comunicación: Observa a tu perro en todo momento, él ya estará haciéndolo contigo. Trata de conocer cómo se expresa, cómo manifiesta su estado anímico, cómo se relaciona. Cada perro es un mundo y observarlo es básico para conocerlo, para entenderlo. Aprende a comunicarte con él para que conozca también nuestros distintos estados, cuando aprobamos su comportamiento, cuando censuramos el mismo, etc.

- Juegos: El juego es una excelente herramienta para afianzar nuestro vínculo con el perro, puesto que se realizan mediante una directa interacción entre ambos. Juega con tu perro, en casa y en la calle, y potencia con los juegos su equilibrio, su autocontrol, y la canalización de su energía.

- Recompensas: Muestra a tu perro lo orgulloso que estás de él cuando tiene comportamientos deseados. Usa la recompensa (caricias, juguetes, comida…) para confirmar esa conducta, aunque no sea reclamada por nosotros. Por ejemplo, solemos recompensar al perro cuando acude a nuestra llamada, pero solemos olvidarnos cuando él se acerca a nosotros en la calle sin haberlo llamado previamente, ¿por qué?. El perro que espera nuestra interacción, nuestro halago, en cualquier momento reduce su radio de acción respecto a nosotros en espacios abiertos. De ese modo, además, fijaremos cada vez más su atención a nosotros en esos momentos, evitando en parte la independencia que tendrían si no esperaran nada de nosotros.

- Rutinas: Al contrario que muchos humanos, los perros prefieren las rutinas en su vida, conocer qué va a ocurrir en cada momento (comida, paseos, etc.). Estos automatismos eliminarán en parte su incertidumbre, causante potencial de episodios de ansiedad y estrés en el perro.

- Guía: El guía debe ser el apoyo del perro en todo tipo de situaciones, sobre todo en las novedosas o desconocidas. Tu confianza, seguridad y determinación ha de ser la suya. La función de guía va de la mano en su proceso de educación y/o adiestramiento. La comunicación y entendimiento entre ambos aumentará con ello.

- Necesidades: Alimentación, sociabilización, ejercicio físico, estimulación, y salud, son necesidades básicas en el perro que tú debes cubrir y atender. Utiliza esa demanda de necesidades para fijar el buen comportamiento, la ductilidad y el equilibrio de tu perro, convirtiéndose en tu moneda de cambio.

No lo dudes, vincúlate a tu perro desde el primer momento.



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